viernes, 5 de marzo de 2010

Brindemos al alba.

¿Y que más da? Si hace tiempo que no avisto aquel paisaje, donde estrellas y fugaces reflejan el precioso brillo en mi pupila. Si mezclándome entre notas la sinfonía sigue desafinada, negras, blancas, corcheas... y así sucesivamente hasta llegar al vacío, y eso sí, es pura poesía melódica.

¿Que nos queda en la eternidad?, ¿un puñado de dinero tal vez? o quizás, quizás... unos cartones donde poder descansar. Los caminos se cruzan pero siempre están ecuánimes.

jueves, 25 de febrero de 2010

PUM PUM llaman a mi puerta.

Y así, entre un suspiro y otro, la muerte se apoderó del miedo empapando esta santa tierra. Pendiente del filo halo de vida que cuelga de mi habitación.

martes, 10 de noviembre de 2009

Hasta que nos borre el viento...

Un adios es un adios y da igual como lo adornes, un final, un hasta luego o un, un... ¡que más da! Ahí fuera están perdiendo la vida y no importa. Como seguir ante este panorama, si ni siquiera lo entiendo. Como hacer para retroceder, si nunca he mirado atrás, si nunca me he parado a escuchar.

¡Oh Dios! Si de verdad existes para las guerras, no dejes que el hambre siga comiendose el mundo. No pactes con el único Dios que ha sentado catedra universal, no lo hagas por favor... Olvida tus pecados y condena a los que en tu nombre han asesinado por dinero. ¡Oh Dios! Tu no tienes la culpa, nadie te preguntó si querias serlo.

Dijo en una ocasión un tal Lenin: "Una mentira repetida muchas veces se convierte en una gran verdad". A este lado del globo, un mundo libre, en paz y sin pobreza es una gran verdad. Y eso, aderezado con los anuncios del Corte Inglés y los debates de Gran Hermano han hecho de esta sociedad una oda a lo absurdo, un poema a la tristeza.

Hasta que nos borre el viento... nació con la clara intención de pasar de este POBRE rico mundo. Surgió como una denuncia a menudo contra todo y a diario contra nada. Porque nada se lo merece. Porque nada de lo que hay merece la pena cuando se trata solamente de la vida.

Llega el momento de decir adiós, sin adornos. Pensando que Lenin se equivocaba en una cosa: Una sóla prueba física desmontaría su teoría... millones de muertos desmontan la nuestra. Y sí, me incluyo. He de reconocer que esta guerra la he perdido.

viernes, 30 de octubre de 2009

Confiesate.

Que hoy no consigo ni verte, se ha hecho tarde y parece no importar. La gélida noche nos guía a una cálida luna que nos aguarda, y lo hace en tu coraje.

¿Fue el alcohol o fue mi enagenación transitoria? Pero yo vi a dios, y lo vi convencido. Me prometió el sol y desde entonces no ha dejado de llover.

Anteayer sentí la pobreza y no supe articular palabra, quise redimir mis penas, y lo único que logré fue el abrazo de mi conciencia. Decidí acudir a dios, pero ya no estaba.

Muerte y religión van de la mano... pero esa es otra historia. Hoy toca olvidar.

jueves, 8 de octubre de 2009

Honrando a la memoria.

Otra vez vuelve a salir el sol, las calles, desgastadas como siempre, contemplan fielmente mi despertar desde el día en que llegué a este maravilloso barrio. He crecido a tu vera, conociendote en cada una de las esquinas, amargas compañeras donde la noche no protege al día, pero sin ningún género de dudas, brillantes profesoras de la vida.

Atrás se han ido quedando los atracos, las carreras delante de los chapas, los gitanos, el Jara, el Cholo, y tantos otros que en su día se conviertieron en el azote de estas calles... los robos en Las Brujas, las pintadas en el canal y en el vertedero, los yonkis del Paraiso, los canutos enfrente de la guardería, los botellones en las escaleras, la furgoneta abandonada, las varillas, las peleas en las fiestas, las primeras escaleras del parque, la esquina del parque, las peyas en la misma puerta del tuto, las enormes fumadas en los recreos, los primeros botellones en el villas, los petardos, las pachangas, las porras de madero (todavía guardo una) y tantos otros recuerdos que me dejo en la memoria.

Ahora me doy cuenta que te he querido desde el primer dia, el aire aquí siempre se respiró diferente... Barrio, con el tiempo he aprendido a apreciarte.

viernes, 25 de septiembre de 2009

viernes, 28 de agosto de 2009

Una muerte anunciada.

Camino por el sendero bajo una intensa lluvia, una piedra, dos piedras... giro a la izquierda, miro al frente, sigo hasta aquel árbol que bajo mi triste mirada, corta la más hermosa de las lunas que nunca he visto.

Empapado de agua, he cruzado este precioso valle, abriéndome paso entre todos los miedos que han rodeado una vida tan fugaz, como el susurro de una bala disparada.

Hace hoy diez años, comprendí el dolor y abracé la tristeza. Hice de esta última década un profundo mar de lágrimas. Tuve tiempo más que suficiente para quitarme de en medio, y sin embargo aquí me hallé, luchando por reencontrarme junto a ti... como en la vida.

Al otro lado sólo queda el abismo representado en este inmenso acantilado, el viento empuja, la vista se me enternece, divisar el fuerte mar chocando contra las rocas es lo más bello que nunca he visto... La brisa mezcla mi dulce llanto con las gotas de lluvia que caen de mi pelo, el viento deja de hacer fuerza, ha llegado el final, morir es de ley... Hasta siempre.

Cuenta la leyenda... morí aquel día, pero seguí viviendo.